Toma de decisiones en la gestión de proyectos: ¿cómo ser más efectivo?

8 minutos de lectura

Tomar decisiones forma parte del día a día de cualquier gestor de proyectos. Y aunque a veces parecen simples, hay elecciones que pueden cambiar por completo el rumbo del trabajo, el cumplimiento de los plazos o el uso del presupuesto.

Lo complicado no es decidir, sino hacerlo bien. Porque la diferencia entre un proyecto exitoso y uno que acaba acumulando problemas suele estar precisamente ahí: en la toma de decisiones.

¿Cómo saber si eliges la mejor opción? ¿Cómo evitar bloqueos cuando surgen dudas? ¿Qué pasos seguir para que cada decisión sume y no reste?

Te explico cómo funciona realmente la toma de decisiones en proyectos, cuáles son los métodos más efectivos y qué errores evitar si quieres mejorar resultados.

Vamos al lío 👇

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Decisiones fáciles y decisiones difíciles: ¿por qué unas cuestan más que otras?

En la gestión de proyectos hay decisiones que apenas requieren pensar y otras que obligan a detenerlo todo.

  • Decisiones fáciles: Validar tareas rutinarias, aprobar informes menores, asignar recursos en actividades de bajo impacto.

  • Decisiones difíciles: Cambiar fechas clave, ajustar presupuestos, redefinir prioridades, modificar el alcance del proyecto, pivotar o continuar con un proyecto.

¿Dónde está el truco? En identificar rápidamente el tipo de decisión para darle el enfoque adecuado. Si tratas una decisión crítica como si fuera trivial, el problema llegará más pronto que tarde.

¿Te revelo un secreto? Bueno, en realidad no es ningún secreto, pero sí un recordatorio importante: En el transcurso de un proyecto (y de la vida) tendrás que tomar decisiones de las cuales no te sentirás cómodo…

Ahora que sabemos distinguir entre decisiones fáciles y difíciles, veamos cómo se toman las decisiones dentro de un proyecto para no caer en errores básicos.

¿Cómo se toman las decisiones en un proyecto?

Aunque muchas veces pensamos que decidir es solo cuestión del líder del proyecto, lo cierto es que la mayoría de las decisiones se construyen entre varias partes.

Hablamos de un proceso colectivo donde intervienen:

  • Dirección del proyecto.
  • Equipos de trabajo.
  • Stakeholders o partes interesadas.
  • Clientes o usuarios finales.

Y aquí empieza el reto. Porque cada uno tiene su visión, sus prioridades y sus urgencias. La clave está en que todas esas piezas encajen sin frenar el avance del proyecto.

En líneas generales, el proceso de decisión sigue estas etapas:

  1. Detectar el problema o la oportunidad.
  2. Recopilar la información necesaria.
  3. Definir las alternativas posibles.
  4. Evaluar los riesgos y beneficios.
  5. Seleccionar la mejor opción.
  6. Comunicarla y aplicarla.
  7. Revisar el impacto y ajustar si es necesario.

Sencillo en teoría, pero no tanto cuando los plazos aprietan. Sencillo en teoría, pero no tanto cuando lo pones en práctica. Sencillo en teoría, pero no tanto cuando lideras múltiples proyectos.

Hablando de múltiples proyectos, ¿conoces el secreto para gestionarlos sin perder el control?

Te recomiendo que tomes notas, pero antes mantente aquí porque te voy a explicar los 7 pasos imprescindibles para tomar decisiones acertadas de principio a fin.

7 pasos en la toma de decisiones para gestionar proyectos con éxito

Si quieres evitar improvisaciones y errores, este es el esquema que deberías seguir cada vez que tomes una decisión importante.

De esta forma, estarías implementando el método que utilizan los profesionales de negocios.

Antes de continuar una pregunta rápida: ¿lideras proyectos en la actualidad? De ser así, esta guía te interesará.👇🏼

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Paso 1. Identifica el problema

Cuanto más claro tengas qué hay que resolver, más fácil será encontrar soluciones.

No puedes resolver lo que no entiendes. Antes de decidir, dedica tiempo a detectar el problema real.

¿Es una falta de recursos? ¿Un retraso inesperado? ¿Un conflicto entre áreas?

Si defines mal la raíz del problema, acabarás aplicando soluciones parciales que no atacan el fondo y generan más trabajo después.

Sé específico y detalla el alcance para evitar errores de base.

Paso 2. Reúne información relevante

Sin datos objetivos, toda decisión es una apuesta a ciegas. Decidir sin información es como caminar a oscuras.

Reúne todos los datos necesarios: plazos, presupuestos, capacidades del equipo, limitaciones externas y riesgos conocidos.

La clave está en filtrar bien la información útil y no perderte entre cifras irrelevantes. Cuanto más preciso seas, más sólido será el análisis previo.

Ten en cuenta que el exceso de información afecta en tus decisiones. ¿Por qué sucede esto? Porque tu cerebro capta un caos inmediatamente.

Recuerda dos cosas: información incompleta o desactualizada lleva a decisiones equivocadas. Exceso de información es igual a parálisis por análisis.

Paso 3. Define criterios de éxito

¿Qué pesa más? ¿Rapidez? ¿Coste? ¿Calidad? Marca prioridades antes de elegir.

¿A qué llamamos éxito en esta decisión? Puede ser minimizar costes, cumplir con la fecha límite, evitar conflictos internos o mantener la satisfacción del cliente.

Definir desde el principio los criterios que priorizarás te ayudará a valorar las opciones de manera objetiva.

Si no tienes claro qué resultado quieres conseguir, es fácil acabar decidiendo por impulso o presión externa, sin que la solución responda a tus objetivos reales.

Paso 4. Genera alternativas

No te quedes con la primera opción que aparezca. Piensa en distintas vías. Una mala práctica común es lanzarse a ejecutar la primera solución que aparece. Error.

Cuantas más alternativas desarrolles, mayores serán tus posibilidades de encontrar una opción eficaz y sostenible.

Piensa fuera de lo habitual: a veces la mejor solución no es la más evidente. Consulta con otros perfiles del equipo y haz una lluvia de ideas antes de seleccionar solo una vía posible.

Paso 5. Evalúa riesgos y beneficios

Cada alternativa tiene su impacto. Asegúrate de valorar tanto lo positivo como lo negativo. Aquí no solo se trata de mirar lo bueno que puede salir, sino también de anticipar lo malo.

Evalúa cada alternativa desde los dos lados: ¿qué gano si todo sale bien? ¿Qué pierdo si sale mal? Esto te permitirá medir el nivel de riesgo aceptable y decidir con mayor seguridad.

Además, recuerda que hay riesgos ocultos que pueden no ser evidentes a primera vista, así que dale una vuelta extra antes de avanzar.

Paso 6. Toma la decisión

Cuando lo tengas claro, actúa. Y comunica bien el qué y el porqué. Llega el momento clave: elegir y actuar. Pero no basta con decidir internamente.

La comunicación es fundamental. Informa al equipo, explica los motivos y documenta la decisión. Así todos sabrán qué se ha decidido, por qué y qué pasos siguen.

Esto evita malentendidos, duplicidades o resistencias innecesarias. Una decisión clara y bien transmitida multiplica las probabilidades de éxito durante su ejecución.

Paso 7. Haz seguimiento

Una buena decisión no termina cuando se aplica. Revisa si funciona y corrige si hace falta. ¿Y después de decidir? Toca revisar.

Ninguna decisión termina cuando se aplica. Evalúa si realmente está dando los resultados esperados, detecta desvíos y ajusta si es necesario.

Muchas veces pensamos que con decidir se acaba el problema, pero no: hacer seguimiento es lo que convierte una decisión en una acción eficaz y mejora tu capacidad para decidir mejor en futuros proyectos.

Para hacer un seguimiento que te genere el ROI, deberías conocer estas 5 claves de alto impacto.

Antes de seguir, ¿tienes las ideas más claras? Porque ahora, te comparto algunas recomendaciones extra para tomar mejores decisiones, incluso bajo presión.

Recomendaciones para tomar mejores decisiones en proyectos

La experiencia suma. Pero si además aplicas estos consejos, multiplicas tus probabilidades de acertar:

  • Tómate el tiempo necesario. Decidir deprisa suele salir caro.
  • Consulta a las personas adecuadas. Las perspectivas valiosas te ayudarán a tomar la mejor decisión.
  • Analiza los efectos a corto y largo plazo. Hay decisiones que solucionan lo urgente, pero crean problemas futuros.
  • Registra cada decisión. Dejar constancia te ayuda a justificar acciones y evitar malentendidos.
  • Aprende de lo que no salió bien. Revisa qué decisiones anteriores generaron errores para no repetirlos.

Al enfrentar un situación donde no sabes qué hacer o decidir, ponte en otros zapatos. ¿Qué consejo le darías tú a una persona que te pide opinión para decidir?

Aunque suene gracioso, «predicarte» a ti mismo es como cuando enseñas tus conocimientos a otras personas. Te escuchas y aprendes. Prueba ese TIP, no corras como pollo sin cabeza.

Y si quieres afinar aún más, te explico ahora los 3 modelos principales que existen para decidir mejor según cada situación.

Loa 3 modelos de toma de decisiones en la gestión de proyectos

No todas las decisiones deben tomarse igual. Según el contexto, es mejor aplicar uno u otro modelo. Estos son los tres más habituales:

1. Modelo racional

Analizas datos, comparas opciones y eliges la solución más lógica y efectiva. Ideal para decisiones técnicas y estratégicas.

Este modelo también es recomendable cuando tomas decisiones en grupos. Es decir, existen más personas involucradas en esta decisión, aunque tú tienes el mayor perso.

Además, te ayuda a reducir la incertidumbre que esté rondando en tu interior.

2. Modelo intuitivo

Confías en tu experiencia y conocimiento previo para decidir rápidamente. Muy útil en situaciones de alta presión o falta de información completa.

Según fuentes de investigación, han descubierto que un modelo intuitivo de toma de decisiones genera buenos resultados.

3. Modelo colaborativo

Reúnes a las partes implicadas y decides en grupo. Perfecto cuando el éxito depende del compromiso de varios equipos o áreas. Como hablábamos anteriormente.

La diferencia es que en este caso, el peso cae por igual en ambos lados.

Saber cuándo usar cada modelo es lo que realmente diferencia a un buen gestor de proyectos.

Antes de terminar, te dejo algunas ideas clave para mejorar tu toma de decisiones desde hoy mismo.

¿Qué puedes hacer ahora para tomar decisiones más efectivas?

Aquí van algunos primeros pasos:

  • Revisa cómo estás tomando decisiones actualmente. ¿Usas un método claro o todo depende del momento?
  • Analiza cuáles han sido tus últimos errores de decisión y qué los provocó.
  • Define un sistema para tomar decisiones que puedas aplicar en cualquier proyecto, sin improvisar.
  • Usa herramientas como Power BI para recoger datos y tomar la decisión basada en números reales.

Porque sí, la toma de decisiones es uno de los factores más importantes para que cualquier proyecto llegue a buen puerto. Cuanto mejor sea tu método, menos riesgos y más éxitos.

Y si quieres seguir aprendiendo, guarda este artículo y vuelve cuando necesites repasar los pasos o aplicar alguno de los modelos que hemos visto.

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