10 Técnicas para aumentar la productividad de tu equipo

8 minutos de lectura

Reuniones que se alargan sin rumbo, tareas empezadas y un equipo que va apagando fuegos en lugar de avanzar con foco. Aunque lo hemos hablado en varias ocasiones, creemos que es muy importante que conozcas cómo aumentar la productividad de tu equipo.

A muchos equipos les está ocurriendo lo mismo: trabajan mucho, pero avanzan poco. Y claro, al final del día, la sensación es de haber hecho mil cosas pero sin resultados.

¿El problema? Que no basta con «estar ocupado». La productividad de un equipo no va de llenar la agenda, sino de moverse con dirección.

¿La buena noticia? Hay formas (muy concretas) de salir de ese bucle.

Y en este artículo vamos a ver 10 técnicas prácticas que pueden ayudar a que tu equipo trabaje mejor, con menos estrés y con más impacto.

Verás, no se trata de hacer sesiones de coaching motivacional, aunque esto último, con tanta saturación de información, no estaría de más…

Importante: Este artículo está hecho para ayudarte, no para distraerte. Cuando hagas click en algún enlace, déjalo en otra pestaña y sigue leyendo. Tu concentración es como una espada afilada. Si la usas bien, corta el ruido y te lleva al resultado que buscas.

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Porque sí, la motivación está bien. Pero lo que de verdad marca la diferencia son los hábitos, las herramientas, las técnicas y un poco de orden.

Aquí tienes 10 técnicas que sí funcionan para que tu equipo pase de estar ocupado a ser productivo de verdad:

1. Establecer objetivos semanales y revisarlos en equipo

Aquí no se trata de hacer una lista interminable de tareas ni de montar una estrategia digna de consultora. Se trata de algo mucho más simple: tener claro qué se quiere conseguir esta semana. Y que todo el equipo lo sepa.

¿El truco? Que los objetivos no sean “hacer muchas cosas”, sino avanzar en lo que tiene mayor impacto.

¿Cómo hacerlo?

Esto genera claridad compartida. Y un equipo que tiene claro adónde va… trabaja mucho mejor.

2. Limitar el número de reuniones

La mayoría de las reuniones sobran. Y las que no, suelen durar el doble de lo necesario. Qué lío, ¿verdad?

El tiempo que un equipo pasa reunido es tiempo que no está produciendo. Así que, si quieres mejorar la productividad, empieza por aquí.

¿Cómo lo arreglamos?

  • Haz limpieza: ¿De verdad hace falta esta reunión? Si no aporta claridad, decisiones o feedback útil… delete.
  • Define siempre un objetivo concreto: “resolver X”, “tomar decisión sobre Y”, “ver si seguimos con Z”. Si no hay propósito, no hay reunión.
  • Establece un límite de tiempo y cúmplelo. Lo ideal: menos de 30 minutos. Sí, se puede.
  • Evita reuniones informativas: para eso están los mensajes, los documentos y los vídeos breves.

3. Aplicar la regla del “uno por tarea”

Multitarea = falso amigo. Parece que haces mucho, pero en realidad haces todo a medias. Nuestro cerebro no está diseñado para dividir su atención en varias cosas a la vez.

Lo que hace es cambiar de tarea constantemente. Y cada cambio cuesta tiempo, foco y energía.

¿Resultado? Fatiga mental, errores tontos y esa sensación de “no paro pero no avanzo”.

Antes de continuar, aprovecho que estamos hablando de tareas para regalarte esta GUÍA con un plan completo. Aprende a planificar tus tareas y que el tiempo no sea un obstáculo…👇🏼

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¿Qué puedes hacer para evitarlo?

  • Una tarea cada vez. Literal. Acaba una, luego pasa a la siguiente.
  • Si algo es urgente mientras trabajas, apúntalo y sigue con lo tuyo. No caigas en la trampa de saltar de una cosa a otra.
  • Bloques de tiempo cerrados para cada tipo de tarea (correo, planificación, ejecución…). Así el cerebro no va como un robot. Básicamente porque no somos robot.

Y si gestionas equipo, marca tú el ritmo: no fomentes eso de “haz esto mientras terminas lo otro”.

4. Usar herramientas de gestión

No necesitas más herramientas. Necesitas usarlas bien. Porque sí, el stack tecnológico puede ser bonito, pero si cada uno del equipo usa la herramienta a su manera, tienes un problema.

Y si además usas tres a la vez, peor aún. una herramienta no soluciona la falta de organización. Pero una buena organización sí puede sacar provecho de cualquier herramienta. En tu stack implica el ecosistema de Microsoft, que cuenta con las herramientas más potentes del mercado.

5. Hacer sprints cortos y evaluarlos al momento

Planificar a largo está bien, pero ejecutar en corto es mejor. Los sprints (bloques de trabajo intensivo de 1 o 2 semanas) ayudan a que el equipo mantenga el foco sin perder de vista lo importante.

Nada de tareas eternas que se van diluyendo en el tiempo. Con los sprints, hay una meta clara, un tiempo limitado y un momento para revisar lo que se ha hecho.

¿Cómo se aplican bien?

  • Define el objetivo del sprint: ¿Qué queremos entregar en esta semana/quincena? Que sea concreto y medible.
  • Asignad tareas realistas: Ojo con llenar el sprint de “por si da tiempo”. No da.
  • Haz un cierre sí o sí: Una reunión corta para revisar qué se ha hecho, qué no, y qué bloqueó el avance.

No hace meterse en frameworks complejos. Puedes aplicar sprints aunque no seas desarrollador ni trabajes en tech. Por cierto, quizás un mapa de proceso te vendría genial en esta ocasión…

Aquí mismo puedes descubrir cómo realizar uno.

6. Definir roles y responsabilidades claras

Cuando no están claros los roles, todo el mundo hace de todo y nadie hace nada a su vez. Y eso, para la productividad, es veneno puro.

¿Cómo poner orden sin montar un organigrama de empresa multinacional?

  • Define quién se encarga de qué desde el minuto uno. Aunque sea un equipo pequeño o todos hagan varias cosas.
  • Deja constancia por escrito. Un simple documento compartido (tipo “quién hace qué”) es suficiente.
  • Evita solapamientos: si una tarea la hacen dos personas sin saberlo, el doble de tiempo perdido.

Todo líder, project manager, director… tiene que tener claro los roles. Además de tener este ebook que contiene:

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Cuando todos saben qué les toca, todo fluye mejor. Y eso se nota en el trabajo, en el ambiente y en los resultados.

7. Apostar por descansos reales y pausas activas

Estar sentado 8 horas no es lo mismo que trabajar 8 horas. Y eso lo sabe cualquiera que haya acabado una jornada agotado sin saber muy bien qué hizo.

La productividad no va de estar pegado a la pantalla todo el día. Va de trabajar con foco, y para eso el cerebro necesita descansar bien.

Pero ojo: no hablamos de “abrir Teams5 minutos” ni de ir a la cocina 20 veces al día. Hablamos de descansos que recarguen de verdad.

¿Qué funciona?

  • Pausas cortas cada 60-90 minutos: estira, camina, desconecta la vista de la pantalla.
  • Breaks activos: ejercicios suaves, respirar, dar una vuelta a la manzana, meditación express… Lo que sea, menos seguir delante del ordenador.
  • Si trabajáis en equipo: animad a hacerlo todos. Que no se vea como “perder el tiempo”, sino como parte del trabajo bien hecho.

Porque sí: descansar también es productividad. Y quien no se lo cree que revise su nivel de energía a las 4 de la tarde.

8. Trabajar en bloques de tiempo

¿El día se te va en tareas pequeñas, interrupciones y apagar fuegos? Bienvenido al club… Ahora, salgamos de ahí con una técnica simple pero potente: el time blocking.

Consiste en reservar bloques de tiempo en tu agenda para tareas concretas, como si fueran reuniones. Así te aseguras de que esas tareas importantes tengan su espacio (y no se las coma el día).

¿Por qué funciona tan bien? Porque obliga a tomar decisiones. En lugar de reaccionar todo el día, tú decides cuándo haces cada cosa.

¿Cómo aplicarlo?

  • Empieza el día (o la semana) bloqueando en tu calendario los espacios para lo importante: tareas clave, foco profundo, revisión semanal…
  • Respeta esos bloques como si fueran reuniones con un cliente. Nada de moverlos “a ver si luego me da tiempo”.
  • Agrupa tareas similares: correo y mensajes en un bloque, trabajo creativo en otro. Así no saltas de contexto todo el rato.

9. Evitar distracciones digitales

Ping. Nuevo mensaje. Ping. Notificación. Ping. Otro correo. Y así 47 veces por hora.

Las distracciones digitales son el ladrón silencioso de la productividad. Y no hablamos solo del móvil: los chats internos, emails y notificaciones de herramientas también nos hacen perder foco (y paciencia).

¿Sabías esto? Cada interrupción tarda unos 20-25 minutos en recuperarse. Y si te interrumpen cada 10 haz las cuentas.

¿Qué puedes hacer para frenar esto sin parecer un ermitaño digital?

  • Desactiva notificaciones innecesarias (sí, también las del grupo del equipo en WhatsApp).
  • Reserva momentos concretos del día para revisar correo y chats. No vivas en “modo bandeja de entrada”.
  • Silencia canales de grupo mientras estás en modo foco. En Teams o la app que uses.

10. Celebrar los logros pequeños (porque también suman)

No todo tiene que ser un premio Nobel para merecer celebración. Y sin embargo, muchos equipos solo aplauden cuando se lanza algo enorme, se cierra un contrato gordo o se bate un récord.

¿Y todo lo demás? ¿Las entregas a tiempo? ¿Los errores que se evitaron? ¿El currazo invisible que alguien se comió sin que nadie se enterara?

Eso también cuenta. Y reconocerlo motiva más que mil discursos sobre la “excelencia”.

¿Cómo celebrar sin parecer cursis ni perder tiempo?

  • Destaca los logros en las reuniones semanales. Aunque sean pequeños.
  • Usa canales en Teams para reconocer públicamente el esfuerzo.
  • Comparte avances, aprendizajes y mejoras, no solo resultados finales.

¿Qué puedes hacer ahora para que tu equipo funcione mejor?

Bien, ya conoces las 10 técnicas. Y probablemente te has visto reflejado en más de una. ¿Y ahora qué? Pues lo importante es empezar.

No hace falta aplicar todo de golpe ni convertirte en el gurú de la productividad en tres días. Con que elijas una o dos ideas y empieces a probar esta misma semana, ya estarás marcando la diferencia.

Y si necesitas alguna integración tecnológica que permita a tu equipo remar todos a una, solicita una llamada con nuestro equipo. 👇🏼

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