La falta de objetivos claros bien definidos y compartidos tienen un destino en común: llegar al sitio equivocado. Porque, definir los objetivos de un proyecto no es opcional (a menos que no quieras conseguir los resultados que buscas).
Muchos líderes y gestores de proyectos se enfrentan al mismo problema: ejecutar sin tener claro para qué. Y luego, vienen las preguntas incómodas:
- ¿Por qué no hemos avanzado?
- ¿Estamos enfocándonos en lo importante?
- ¿Qué indicadores demuestran lo contrario?
Los objetivos no son un formalismo. Son la brújula que marca la dirección, motiva al equipo y permite medir si un proyecto ha sido un éxito o un caos disfrazado.
Si no sabes dónde quieres llegar, cualquier camino te parecerá correcto…
Por este motivo, queremos enseñarte cómo definir objetivos que te permitan llegar a la meta. Y, sobre todo, entregar tus proyectos a tiempo.
Ya sabes, esos objetivos que te dicen: qué hay que lograr, cuándo, cómo y por qué.
Vamos al lío.
Importante: Este artículo está hecho para ayudarte, no para distraerte. Cuando hagas click en algún enlace, déjalo en otra pestaña y sigue leyendo. Tu concentración es como una espada afilada. Si la usas bien, corta el ruido y te lleva al resultado que buscas.
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¿Qué significa definir objetivos en un proyecto?
Definir los objetivos en un proyecto no es escribir una frase bonita para decorar el informe de inicio. Y mucho menos para parecer “profesional”.
A veces, entre tanto “profesionalismo”, nos perdemos de la parte realista. Esa parte que te permite soñar pero NO bajar a tierra.
Cuando hablamos de definir objetivos hablamos de esto:
Establecer con claridad qué se espera conseguir con el proyecto y cómo saber que lo has logrado.
Así de simple. Y así de importante.
Un objetivo bien definido sirve para:
- Medir el progreso real del proyecto.
- Tomar decisiones que te acerquen a tus objetivos.
- Decidir qué no hacer y en qué momento.
- Guiar al equipo en la misma dirección.
Porque cuando no tienes objetivos definidos, todo parece urgente. Todo parece importante.
Y el proyecto, termina siendo un cajón lleno de tareas (para tener relleno) que nadie sabe muy bien qué sentido tiene completarlas…
Creo que es momento de indagar aún más por qué es imprescindible definir objetivos en un proyecto.
¿Por qué definir objetivos es importante para un gestor o líder de proyectos?
Porque tú rol es importante. Y las explicaciones te la van a pedir a ti, como líder. Entonces no pases por alto establecer metas y objetivos en los proyectos de tu empresa.
Y quizás dirás “yo soy mi propio líder, porque este proyecto es personal”. Entonces te pregunto: ¿de verdad merece la pena fallarte a ti mismo?
Porque fallarte a ti mismo te lleva a la incertidumbre y a la falta de enfoque.
Sin embargo, cuando lideras un equipo la cosa se complica y las preguntas comienzan a rondar en tu cabeza:
- ¿Por qué vamos tan lentos?
- ¿Por qué tengo la sensación de hacer mucho pero no avanzamos?
- ¿Esto es realmente lo que necesitamos?
Claro, si nadie sabe qué había que lograr, ¿cómo vas a saber lo que estás consiguiendo?
Los objetivos bien planteados te salvan de esto: te dan una base clara sobre la que construir todo el plan, comunicarte con el equipo, justificar decisiones y reportar avances con criterio.
¿Acaso sería posible comenzar un proyecto sin dirección ni objetivos? Pregunta reflexiva…
Diferencias entre objetivos, metas, hitos y alcance
Aquí viene el lío clásico que confunde a la mitad de profesionales. Y antes de contarte los tipos de objetivos que puedes redactar, te quiero dejar esta tabla para que conozcas las diferencias:
Objetivo ≠ meta ≠ hito ≠ alcance
Veámoslo claro.
Concepto | ¿Qué es? | Ejemplo |
---|---|---|
Objetivo | El resultado concreto que quieres conseguir | Reducir el tiempo de entrega de informes en un 20% antes del Q4 |
Meta | Una aspiración más general, el «para qué» | Aumentar la rentabilidad en nuestros procesos internos |
Hito | Un punto clave que marque un avance importante | Implementación del nuevo sistema antes del 15 de junio |
Alcance | Todo lo que incluye y excluye el proyecto | Automatización de informes, pero sin cambiar herramientas actuales |
Dicho de otra forma: El objetivo es lo que se logra. La meta es el motivo. El hito es el checkpoint. El alcance es la caja de juego.
Y ahora que ya sabes qué implica definir objetivos y porqué no puedes (ni debes) pasarlos por alto, vamos a ver qué tipos de objetivos existen.
Los 6 tipos de objetivos en un proyecto
No todos los objetivos tienen el mismo fin. Y no, no todos los proyectos necesitan los mismos tipos de objetivos. Dependerá de lo que estás intentando lograr, del sector, del tamaño del equipo, de los recursos, etc.
Por eso es clave entender qué tipos de objetivos existen y cómo te pueden ayudar a enfocar mejor cada etapa del proyecto. Vamos a desglosar este punto. Toma nota.
Objetivos basados en el tiempo
Son los que ponen fecha límite a lo que quieres conseguir. Sirven para marcar el ritmo del proyecto y que no se convierta en una historia interminable.
Ejemplo:
❌ Crear una automatización para ahorrar tiempo (algún día).
✅ Crear una automatización para ahorrar tiempo antes del 30 de mayo.
Recuerda que, si tu objetivo no tiene fecha, no es un objetivo. Es un deseo.
Por tanto, marcar el tiempo en los objetivos de tu proyecto SÍ es importante.
Objetivos de rendimiento
Aquí hablamos de resultados concretos que miden calidad o rentabilidad de tu proyecto. Son muy comunes en equipo de desarrollo, marketing, operaciones…
Ejemplo:
❌ Reducir los costes operativos.
✅ Reducir los costes operativos hasta un 10%.
Cuando quieras mejorar algo medible que imapcte directamente en tu empresa o proyecto, no te olvides de añadirle un número.
No dejes que el destino lo decida…
Objetivos de calidad
Van muy ligados con los anteriores, pero con foco en los estándares que quieres cumplir: cero errores, nivel de satisfacción, cumplimiento normativo…
Ejemplo:
❌ Modificar el plan de negocio.
✅ Modificar el plan de negocio con un margen de error <3% durante el Q2.
Esto te ayuda a mantener el listón alto. Son útiles en fases de entrega, testeo o revisión.
Objetivos financieros
Sí, los recursos económios también mandan. Estos objetivos se centran en presupuesto, ahorro, ingresos o rentabilidad.
Ejemplo:
❌ Ahorrar dinero (sí, todos queremos eso…pero ¿cuánto y cómo?)
✅ Reducir un 15% los costes de producción el próximo año.
Con esto puedes justificar inversiones o decisiones ante la directiva.
Objetivos empresariales
Son los que conectan directamente con los objetivos globales de la empresa. Si tu proyecto no contribuye a alguno de estos… ¿para qué lo haces?
Ejemplo:
❌ Mejorar nuestra herramienta de gestión de proyectos.
✅ Disminuir la carga de trabajo en un 10% con integraciones a nuestro sistema actual.
Este tipo de objetivo no es opcional. Tampoco se usa “casualmente”. Los objetivos empresariales son el centro de cualquier empresa.
Los objetivos empresariales envuelven a los objetivos de un proyecto. Es decir, cada proyecto debe responder a un objetivo empresarial.
Objetivos de cumplimiento normativo
¿Trabajas en un sector regulado? Entonces este tipo es obligatorio. Se centra en cumplir normativas, estándares o leyes.
Ejemplo:
❌ Cumplir con la ley (¿cuál, cuándo, cómo?)
✅ Adaptar la plataforma a la ley de protección de datos antes del 15 de julio.
Normalmente se usan en proyectos legales, sanitarios, financieros, jurídicos, etc.
Bien, ahora que has aprendido y conoces los diferentes tipos de objetivos en un proyecto, toca pasar al siguiente punto.
Pero quiero decirte algo importante. No te compliques con elegir un tipo de objetivo. Es más, preocúpate si lo haces, porque lo normal es que tu proyecto combine varios de estos…
Características de los objetivos en un proyecto
Como hemos visto anteriormente: un objetivo bien definido no deja lugar a dudas. Ni para ti, ni para el equipo, ni para los que están esperando resultados.
Lo puedes leer en voz alta y todo el mundo (incluido tú) lo entiende:
- Qué hay que lograr.
- Cómo se mide.
- Cuándo se cumple.
- Y si es realista o un sueño sin bajar a tierra.
Estas son las 5 características que todo objetivo en un proyecto debería tener. No es ni más ni menos que la metodología SMART.
Sí, estoy seguro de que lo has escuchado mil veces, pero si se repite es porque funciona. ¿Para qué re-inventar?
Lo cierto es que la metodología SMART nos es una varita mágica, sino un método infalible en la gestión de proyectos. Notarás cómo aumenta tu productividad.
Y si además de aprender a definir objetivos, la productividad también es un tema que ronda en tu cabeza, descárgate nuestra guía GRATUITA.
Metodología SMART para marcar objetivos del proyecto
- Específicos: nada de frases genéricas o confusas. Un buen objetivo deja claro el “qué”, el “dónde” y el “para qué”.
- Medibles: Si no se puede medir, no se puede gestionar. Necesitas indicadores claros que te digan si vas bien o no.
- Alcanzables: Tus objetivos deben ser un reto, sí… pero alcanzable. Si no, lo único que vas a conseguir es frustración y pérdida de foco.
- Relevantes: Un objetivo tiene que tener sentido dentro del proyecto y conectar con un resultado importante.
- Acotados en el tiempo: Si no tiene fecha, no tiene presión. Y sin presión se queda en un “ya lo haremos”… lo cual nunca se hace y nunca se avanza.
¿Cómo quedaría con un ejemplo? Atento al siguiente desglose.
Ejemplo de objetivo SMART en un proyecto
“Reducir el tiempo promedio de finalización de tareas en un 15% en los próximos 60 días, mediante la reorganización y seguimiento semanal del plan de trabajo en Microsoft Planner”
- Está claro qué se quiere lograr (reducir tiempos), dónde se va a actuar (Planner) y cómo (reorganización y seguimiento semanal) → Específico
- Se requiere un 15% menos de tiempo en la finalización de tareas → Medible
- Ya usan Planner, por tanto, no tienen que cambiar de herramienta → Alcanzable
- Afecta directamente al rendimiento del equipo y los plazos del proyecto → Relevante
- Hay un plazo de 60 días → Temporal
Ahora, como profesional y gestor de proyectos puedes conseguir un resultado real (con los pies en la tierra) y dirigir tu proyecto a su destino.
Objetivos generales vs Objetivos específicos
Esta sí es una duda que quita el sueño. Quita el hambre. Y, en el peor de los casos, quitan las ganas de continuar. Por tanto, los objetivos del proyecto se pueden clasificar en dos: objetivos generales y objetivos específicos.
Pero necesitas saber la diferencia entre estos objetivos. No resolver esta duda es como enfrentarte a la “parálisis por análisis”. Si analizas, analizas y analizas… se te pasa la vida (y el tiempo de entrega).
Quizás esta pregunta se repite en tu cabeza cuando estás delante de un nuevo proyecto o trimestre. Como profesional y gestor de proyectos entenderás de lo que hablo:
“¿Esto que acabo de escribir es un objetivo general…o uno específico?”
Te lo explico con claridad y ejemplos para que puedas colgarlo en la pared. Y así ya no tendrás que comerte más la cabeza en tu próximo proyecto.
Por cierto, hablando de la falta de sueño, déjame hacerte una pregunta: ¿Cómo gestionas el estrés laboral? Porque si aún no tienes claro cómo solucionar este tema, deberías hacer clic en este enlace.
Para alcanzar tus metas necesitas llevar una carga más ligera de trabajo… échale un ojo que no pierdes nada.
Objetivo general
Un objetivo general marca la diferencia global del proyecto. No entra ni en fechas, ni en detalles ni en indicadores concretos. Sí, es similar a cuando generas una idea. Al principio es un idea, pero después viene la acción para que esa idea se enlace con los objetivos empresariales (o del proyecto).
Estas dos preguntas son clave en este proceso:
- ¿Qué queremos lograr a nivel global?
- ¿Cuál es la intención principal de este proyecto?
Por ejemplo:
“Aumentar el rendimiento del equipo”
Si te detienes a pensar es como un deseo principal y amplio. No dice cómo, ni cuándo, ni cuánto.
Objetivo específico
Los objetivos específicos bajan a tierra lo que el objetivo general plantea. Aquí ya hablamos de acciones concretas, resultados medibles y tiempos definidos.
Estas tres preguntas son clave en este proceso:
- ¿Qué vamos a hacer exactamente?
- ¿Cómo sabremos que lo hemos conseguido?
- ¿En cuánto tiempo?
Por ejemplo:
“Implementar un canal de comunicación interno con Microsoft Teams antes del 15 de junio y capacitar al 100% del equipo en su uso”
Este tipo de objetivo (el ejemplo de arriba) responde también a la raíz de una necesidad en las empresas hoy en día: mantener una estructura centralizada para no perderse entre archivos, correos y mensajes al “azar”.
Dicho esto, ¿notas la diferencia?
El general te marca el norte. El específico te dice cómo llegar. Y necesitas ambos. Uno sin el otro no funciona. Ambos son vitales para definir objetivos en un proyecto.
Observa estas situaciones para que quede más claro aún; cuándo y cómo usarlos.
Situación | Tipos de objetivos |
---|---|
Estás justificando el proyecto ante inversores | Objetivo general |
Estás diseñando tareas concretas con tu equipo | Objetivo específico |
Estás redactando un plan de proyecto completo | Ambos objetivos |
Cada objetivo general debería tener 2-4 objetivos específicos que lo desarrollen. Así mantienes el foco sin dispersarte y tienes una hoja de ruta real.
¿Qué puedes hacer después de entender cómo se establecen los objetivos en un proyecto?
Ya sabes qué tipos de objetivos en un proyecto existen, cómo llevarlos a la realidad y has visto ejemplos aplicables.
Ahora, es tiempo de ponerte en marcha. Por tanto:
- Si tienes una idea, desglosa en partes más pequeñas.
- Si tienes un proyecto en marcha, revisa completamente el primer informe que has redactado.
- Si quieres cumplir un objetivo personal o profesional, divide en general y específico.
Cuando empieces a redactar objetivos claros será más fácil tomar decisiones y evitar desvíos innecesarios.
¿Y si te atascas? Marca este artículo como favorito y vuelve las veces que sea necesario. Pero no avances si no tienes claro el siguiente paso.
Toma los ejemplos y ajústalos a tu proyecto. Lo importante no es que suene bonito, sino que funcione.
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